En esta última entrada sobre
competencias hablaremos de las habilidades. Esta competencia está muy
interrelacionada con las otras dos que ya se han descrito anteriormente.
Al igual que con las capacidades,
a pesar de que muchos académicos están de acuerdo en que los emprendedores
deben ser unos individuos muy hábiles y capaces, la investigación empírica para
identificar habilidades especificas es muy limitada.
Según los modelos teóricos, las
habilidades propuestas son el reconocimiento de oportunidades, manejo de
capital humano y social, habilidades sociales y perseverancia. Como podemos
observar, tienen mucha relación con las capacidades. Los modelos proponen que
cuanto más fuertes sean estos atributos o habilidades, mejor será el grado de adecuación
de la persona al rol de emprendedor.
Personalmente, la habilidad que
más sorprende es la perseverancia. Esta es importante, ya que es estrictamente
necesaria para la continuación de aventuras emprendedoras ante la falta inicial
de éxito. Se han encontrado que niveles altos de perseverancia correlacionan
con mayores ingresos anuales.
Por último, pero no menos
importante, las habilidades cumplen una función específica en relación con
otras competencias, como los son los conocimientos y las capacidades. Esta
función sería la de reubicar recursos, tanto materiales como sociales o humanos
en respuesta a desequilibrios económicos, ya sean producidos por aspectos de la
empresa como por agentes externos.
Esta función que se realiza en
conjunción, nos abre la puerta a lo que une las tres competencias. Estamos
hablando entonces de las cogniciones, las cuales serán desarrolladas en la
siguiente entrada.
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